Vivimos en un mundo globalizado hacia lo externo donde la productividad, la apariencia y las posesiones imperan frente a la autorrealización, el contacto humano y la interconexión. En este esfuerzo por conseguir la imagen que deseamos nos alejamos de los procesos profundos de nuestro organismo que actualizan nuestro Ser y nos devuelven la vitalidad. En desconexión con lo interno aparecemos frente al mundo como entes inconscientes que se dejan llevar por ideas no elaboradas, meros impulsos de partes de un Yo no integrado. Me gustaría presentar a la Terapia Focalizada en la Emoción (TFE), como un acercamiento terapéutico que busca el orden interno para que el organismo en el contacto consciente cuerpo-mente pueda desplegarse en el mundo.
La TFE es un enfoque terapéutico de orientación humanista que promueve el procesamiento emocional del cliente al favorecer el contacto con la experiencia profunda del aquí y ahora. Recoge conceptos y prácticas de la Terapia Gestalt, la Terapia Centrada en la Persona y la Terapia Experiencial, así como otras prácticas de corriente humanista (Greenberg, Rice y Elliott, 1996).
Según la TFE, el cambio terapéutico se produce en el vínculo interpersonal, así como en entornos de aprendizaje productivos mediante la realización de tareas que promueven la reorganización de los esquemas emocionales desadaptativos activados en el presente, junto con la creación de nuevos esquemas, dando lugar a una nueva visión del sí-mismo-en-el-mundo y de la realidad (Greenberg et al, 1996; Caro y Hornillos, 2015). Los esquemas emocionales son estructuras que integran los procesos cognitivos, motivacionales, afectivos, así como de acción, que se van configurando desde los inicios de la persona a través de sus respuestas innatas y el contacto progresivo con experiencias vivenciales (Greenberg y Paivio, 2000).
El encuentro terapéutico, como relación de confianza Yo-Tú (Buber, 1993) crea un espacio seguro donde los esquemas emocionales pueden ser activados con grados de estimulación y evocación adecuados. Para ello el terapeuta presta atención a marcadores específicos que señalan las operaciones a realizar a través de tareas terapéuticas, los procesos del cliente y el estado final esperado. Las tareas pueden dividirse en cinco tipos: tareas basadas en la empatía, relacionales, experienciales, de reprocesamiento narrativo y tareas de representación o enactivas (Elliott, Watson, Goldman y Greenberg, 2004).
La TFE, ligada al desarrollo científico, incrementa sus esfuerzos en perfilar modelos explicativos que describan el procesamiento emocional y generen cambio terapéutico. Aquí ofreceremos el Modelo de Resolución en tres pasos, modelo inicial del cual parten el común de las propuestas.
1)Emoción Secundaria: El cliente suele llegar a consulta con sentimientos negativos indiferenciados, tales como confusión, desesperanza, rabia o resignación, mostrando una elevada activación emocional. A este tipo de emociones se las considera secundarias dado que oscurecen en conciencia la presencia de un dolor emocionalmente primario. Podemos considerarlas como emociones que separan, distancian o retiran el sufrimiento provocado por una emoción dolorosa. Este tipo de emociones bloquean el procesamiento emocional y su resolución al impedir la tendencia a la acción propia de la emoción primaria, y con ello provocando un estado de ausencia de dirección y falta de elaboración en el significado subjetivo de la experiencia (Pascual-Leone y Greenberg, 2005).
2)Emoción Primaria Desadaptativa: Son aquellas emociones que tienden a ser ocultadas por el dolor emocional, entendida como experiencia interna profunda, abrumadora y displacentera causada por la violación o ausencia en respuesta a las necesidades existenciales en contextos de interacción a lo largo del desarrollo del individuo (Timulak, 2015). Experiencias de abandono, sufrimiento, desprotección o soledad, provocan reacciones intensas de miedo o vergüenza no procesadas como consecuencia de la percepción de ausencia de recursos ante una amenaza. Para la liberación de estas memorias es necesario establecer un contacto adecuado no traumatizante. Por ello la calidad de la relación terapéutica y la sensación de seguridad posibilitará el acceso a estas emociones dando paso a la transformación emocional.
3)Articular la necesidad: La necesidad es un elemento perteneciente al esquema emocional que moviliza la experiencia activando la tendencia a la acción. La expresión de la necesidad es considerada como un eslabón para la transformación emocional dado que su consecución posibilita el ingreso en un estado emocional adaptativo. Timulak, (2015) diferencia tres tipos de necesidades existenciales: 1) ser amado, comprendido y sentirse conectado, 2) ser respetado, reconocido, apreciado y validado en lo que uno hace y es, 3) sentir seguridad y confianza.
4)Emoción Primaria Adaptativa: En este tipo de emociones la evaluación implícita, el lenguaje tanto verbal como no verbal, la tendencia a la acción y la regulación del afecto se corresponde con la situación global, preparando a la persona para llevar a cabo una acción en el mundo (Herrmann, Greenberg y Auszra, 2016). El contacto con estas experiencias actualiza al organismo aportando una sensación de conexión y presencia. Algunos ejemplos de este tipo de respuestas serían la tristeza ante una pérdida, el enfado asertivo ante la violación de un derecho o la compasión ante el contacto con el sufrimiento propio o ajeno.
Alejandro de la Traba López
Referencias
-Buber, M. (1993). Yo y tú (Vol. 1). Caparrós editores.
-Caro, C. y Hornillos, T. (2015). La tarea de auto-consuelo compasivo en terapia focalizada en la emoción. Acción Psicológica, 12(2), 73-94.
-Elliott, R., Watson, J. C., Goldman, R. N. y Greenberg, L. S. (2004). Learning emotion-focused therapy: The process-experiential approach to change. American Psychological Association.
-Greenberg, L. S., Rice, L. N. y Elliot, R. (1996). Facilitando el cambio emocional. Barcelona: Paidós.
-Greenberg, L. S. y Paivio, S. C. (2000). Trabajar con las emociones en psicoterapia. Barcelona: Paidós.
Herrmann, I. R., Greenberg, L. S. y Auszra, L. (2016). Emotion categories and patterns of change in experiential therapy for depression. Psychotherapy Research, 26(2), 178-195.
-Pascual Leone, A. y Greeberg, L. S. (2005). Clasification of Affective-Meaning States. In A. -Pascual-Leone, Emotional processing in therapeutic hour:Why “The only way out is through”, pp. 289-366. Unpublished doctoral theses, York Univeristy, Toronto.
-Timulak, L. (2015). Transforming emotional pain in psychotherapy: An emotion-focused approach. Routledge.